¿Cómo escoger la Música como Profesión?
Mi Pasión Convertida en Profesión
El camino que nos lleva a descubrir nuestra pasión y vocación es una experiencia maravillosa y transformadora. En mi caso, esa conexión profunda y duradera llegó a través de las cuerdas de un violín. Desde el momento en que sostuve este instrumento en mis manos, supe que había encontrado mi voz y mi forma de amar la vida y a la música.
Aquí quiero compartirles cómo elegí el violín como mi instrumento principal, y cómo se convirtió en mi profesión y en el medio a través del cual siento una profunda conexión con el mundo que me rodea.
Desde muy temprana edad, la música siempre fue parte de mi vida. Mis padres escuchaban mucha música en casa, desde los grandes compositores clásicos, hasta jazz, música latinoamericana e internacional. Tuve la oportunidad de explorar el piano, pero no cautivó completamente y después a los 10 años me encontré con el violín. Fue amor a primera vista. El sonido cálido y expresivo que emanaba de sus cuerdas resonaba en lo más profundo de mi ser. Cada vez que tocaba una nota, sentía una conexión mágica con el instrumento y con la música misma.
El Conservatorio fue el punto de partida de mi viaje musical. Ingresar a esta institución significó sumergirme en un mundo de conocimiento y disciplina. Las clases de violín me permitieron aprender las técnicas fundamentales, la teoría musical y profundizar mi comprensión de la música clásica. Cada día era una oportunidad para perfeccionar mi habilidad con el instrumento, practicando horas interminables para alcanzar la excelencia técnica y expresiva.
La experiencia en el conservatorio no solo consistió en el estudio individual del violín, sino también en participar en diversas agrupaciones musicales. Formar parte de una orquesta o una pequeña agrupación de música de cámara amplió mi perspectiva musical y me brindó la oportunidad de colaborar con otros músicos talentosos. La interacción con mis compañeros y la dirección de profesores experimentados me enseñó la importancia del trabajo en equipo, la atención al detalle y la interpretación colectiva de la música.
A medida que avanzaba en mis estudios musicales, mi pasión por el violín crecía de manera exponencial. Descubrí la riqueza de su historia y la maestría de los grandes violinistas que habían dejado su huella en el mundo de la música. Admiraba la forma en que este instrumento podía expresar una amplia gama de emociones, desde la alegría más radiante hasta la melancolía más profunda.
El violín se convirtió en mi refugio, mi forma de comunicarme con el mundo de una manera única y especial. A través de sus cuerdas, podía transmitir mis propias emociones, contar historias y tocar el corazón de las personas que me escuchaban. Descubrí que el violín no solo era un instrumento, sino una extensión de mi propia voz y personalidad.
A medida que crecía, tomé la decisión de convertir mi amor por el violín en mi profesión. Sabía que enfrentaría desafíos y sacrificios, pero estaba dispuesto a enfrentarlos con determinación y pasión. Me sumergí en mis estudios y busqué oportunidades para crecer y perfeccionar mi técnica. Cada hora dedicada al estudio del violín me acercaba un paso más a mi sueño de convertirme en un violinista profesional.
A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de explorar diferentes géneros musicales, colaborar con otros artistas y compartir mi música con audiencias de todo el mundo. He tenido la privilegio de tocar en Orquestas Sinfónicas, Cameratas de cuerdas, cuartetos, quintetos, dúos, y muchos otros formatos y cada presentación es un recordatorio de por qué elegí el violín: la emoción que se despierta en mí cuando toco, la conexión instantánea con el público y la capacidad de transmitir algo más allá de las palabras.
El violín no solo se ha convertido en mi profesión, sino también en mi forma de amar la vida. A través de la música, encuentro una conexión profunda conmigo mismo, con mis emociones y con las emociones de los que me escuchan. Es un lenguaje universal que trasciende las barreras culturales y llega directamente al corazón de las personas.
A través del violín, puedo transmitir emociones, inspirar a otros y, en última instancia, encontrar una profunda satisfacción personal. La música me ha brindado una voz y una forma de contribuir al mundo de una manera única y significativa, y estoy decidido a perseguir mi pasión con determinación y dedicación inquebrantables.